Compresión no traumática de la médula espinal: definición, síntomas, pronóstico

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Artículo revisado y aprobado por Dra. Ibtissama Boukas, médico especialista en medicina familiar 

El dolor de espalda puede ser leve pero también esconder una patología grave como la compresión medular no traumática. En el estadio establecido de compresión medular aparecen signos específicos que pueden derivar rápidamente en secuelas irreversibles, convirtiendo esta patología en una emergencia diagnóstica y terapéutica.

Este artículo brinda información sobre todo lo que debe saber sobre la compresión de la médula espinal de origen no traumático, desde el recordatorio anatómico, pasando por las causas y los medios de diagnóstico, hasta las diversas formas de mejorar la calidad de vida del paciente después del tratamiento.

Definición

La compresión no traumática de la médula espinal, como su nombre indica, es una presión ejercida sobre la médula espinal por varios mecanismos no traumáticos. Conduce a una deformación de la médula espinal y provoca varios signos clínicos. Estos signos pueden variar desde un simple déficit sensorial o motor hasta una parálisis completa. Esto hace que la compresión no traumática de la médula espinal sea una emergencia diagnóstica y terapéutica.

Para entender: Recordatorio anatómico

Los signos de compresión de la médula espinal que se derivan íntimamente de la organización anatómica y funcional de la médula espinal, es importante hacer un recordatorio anatómico de la médula espinal.

La médula espinal, o médula espinal (del latín medulla), es una estructura del sistema nervioso central situada en el interior del columna vertebral. Permite la transmisión de información entre el cerebro y el cuerpo. La médula espinal parte del agujero magno (la nuca). Se extiende en el conducto vertebral y termina en vértebras lumbar precisamente en el borde superior de la segunda vertebrado lumbares (L2).

De la médula espinal provienen los nervios de la médula espinal (nervios espinales) que salen a través de aberturas llamadas forámenes. Después del cono terminal de la médula espinal, las últimas raíces espinales que van desde la segunda (L2) hasta la quinta vértebra lumbar (L5) así como las raíces sacras (del sacro) constituyen la cauda equina. El canal osteoligamentario a través del cual pasa la médula espinal es inextensible.

La médula espinal está rodeada por tres membranas llamadas meninges, formando una vaina cilíndrica gruesa. La piamadre es la meninge más interna, luego viene laaracnoides, la meninge intermedia y luego la duramadre (meninge más externa). El espacio fuera de esta meninge, comúnmente llamado espacio extradural, está lleno de sustancia grasa y vasos, especialmente las venas. En el espacio subaracnoideo (entre la piamadre y la aracnoides) circula el líquido cefalorraquídeo (LCR) o líquido cefalorraquídeo (LCR).

La médula espinal está organizada transversalmente en metámeros y longitudinalmente en fibras largas. Tienen fibras sensoriales y fibras motoras. La médula espinal tiene dos áreas protuberantes: la protuberancia cervical, de la que emergen los nervios de las extremidades superiores y la protuberancia lumbosacra, de la que se originan los nervios de las extremidades inferiores.

Funciones de la médula espinal

La transmisión de información nerviosa es el papel de la médula espinal. Este último cumple esta función a través de las vías nerviosas ascendentes, que corresponden a las neuronas sensoriales. Estas neuronas transmiten información sensorial al cerebro. Las vías nerviosas descendentes corresponden a las neuronas motoras y transmiten impulsos motores a diferentes regiones del cuerpo.

La médula espinal también actúa como un centro de coordinación refleja y está involucrada en las llamadas reacciones reflejas.

Síntomas de compresión medular no traumática

El paciente con compresión de la médula espinal presenta una variedad de síntomas según la ubicación exacta de la compresión. Por lo general, se observan tres grupos de síntomas:

Un síndrome lesional con respecto a la compresión

Incluye dolor localizado en el área específica inervada por el nervio espinal afectado por la compresión (dolor de raíz). Estos dolores son aislados al principio, de topografía invariable, (neuralgia cervico-braquial, cinturón de dolor en el pecho). Se dan más en reposo, sobre todo por la noche, en horarios fijos. El síndrome lesional, por lo tanto, permite determinar el nivel de compresión y orientar las valoraciones neurológicas y radiológicas.

Un síndrome sublesional

El síndrome sublesional incluye trastornos motores, sensoriales y del esfínter.

En cuanto a la problemas de motores, puede ser una simple tendencia a cansarse al caminar o dificultad para correr. Estas señales se desvanecen cuando se detiene. Se puede observar una cojera intermitente no dolorosa. Luego, gradualmente, puede haber una reducción en la distancia recorrida y, en el peor de los casos, parálisis por paraplejía o tetraplejía espástica.

En las trastornos sensoriales en el síndrome sublesional ocurren tarde. Se trata básicamente de parestesias que se manifiestan por varios signos: hormigueo, hormigueo, sensaciones de tirantez, de vicio, de chorro de agua helada, quemaduras a veces exacerbadas al contacto, impresión de caminar sobre algodón o goma con molestias más marcadas al cerrar los ojos .

En las trastornos del esfínter en cuanto a ellos, ocurren tardíamente y pueden ser constantes en formas avanzadas de compresión de la médula espinal. Estos trastornos del esfínter se manifiestan por trastornos urinarios (necesidad urgente de orinar o incluso incontinencia urinaria, malestar o dolor al orinar), trastornos sexuales o trastornos anorrectales (estreñimiento, incontinencia).

síndrome de dolor espinal

En la compresión de la médula espinal, el paciente presenta dolor permanente y fijo, localizado o más difuso, como tirantez, pesadez o rigidez de la columna vertebral. Se alivian poco o nada con los analgésicos habituales. Se puede notar una deformación de un segmento del raquis con tipo de cifosis, Escoliosis ou tortícolis.

Además, el paciente siente dolor en los músculos y vértebras próximos al nivel de compresión de la médula espinal, exacerbado por la palpación y la percusión durante el examen médico.

Causas de la compresión no traumática de la médula espinal

 

Causas extradurales (fuera de la duramadre)

– Metástasis neoplásicas vertebrales

– Tumores vertebrales primarios benignos (hemangioma, condroma…) o malignos (sarcoma)

mielopatía cervicoartrosis

espondilodiscitis y epiduritis infecciosa: generalmente debido a la bacteria responsable de la tuberculosis

Hernia de disco

Hematoma epidural : cuando se usa un medicamento anticoagulante o después de una punción lumbar.

Causas intradurales extramedulares (dentro de la duramadre pero fuera de la médula espinal)

La compresión de la médula espinal a este nivel es causada por tumores benignos como meningioma y el neuroma. Otras causas de compresión intradural extramedular de la médula espinal son la aracnoiditis (inflamación de las meninges) y las secuelas de meningitis o sarcoidosis.

Causas intramedulares (que afectan a la médula espinal)

Tumores (ependimoma, astrocitoma)

Malformaciones vasculares (cavernoma, angioma, fístula arteriovenosa)

siringomiélia (aparición de una cavidad llena de líquido en la médula espinal)

Diagnóstico de compresión medular no traumática

La compresión medular no traumática es una urgencia diagnóstica para el especialista. Para ello solicitará una resonancia magnética nuclear (RMN) con inyección de producto de contraste, que es la exploración complementaria de primera línea.

La resonancia magnética permitirá entonces estudiar la médula espinal en ambos planos espaciales y observar las estructuras circundantes. También permitirá determinar el nivel de compresión así como la topografía de las lesiones en cuestión (extra o intradurales, intra o extramedulares). Pueden resaltarse anomalías esqueléticas adyacentes.

Se pueden realizar otros exámenes en ausencia de resonancia magnética o además de ella. Estos son el escáner, el mieloscáner y las radiografías espinales estándar. Los potenciales evocados somatosensoriales y motores no constituyen exámenes diagnósticos pero permiten evaluar el estado funcional de las vías nerviosas.

Tratamiento: ¿Cómo tratar la compresión de la médula espinal?

Chirurgie

La compresión medular constituye una urgencia terapéutica neuroquirúrgica porque el cuadro puede empeorar en pocas horas, provocando paraplejía o cuadriplejía completa e irreversible.

El principio del tratamiento quirúrgico para la compresión de la médula espinal es descomprimir la médula espinal mientras se elimina la patología en cuestión. Luego, el neurocirujano abrirá el canal espinal para extirpar un tumor. Corregirá una malformación y reducirá un desplazamiento vertebral si es necesario. Realizará un drenaje en caso de hematoma epidural.

Caso de tumores metastásicos

En oncología, el tratamiento de la compresión medular no traumática de origen metastásico tendrá como objetivo preservar o mejorar la función neurológica, especialmente la autonomía de la marcha; reducir el dolor y mejorar la calidad de vida.

Además de la cirugía de descompresión y estabilización mencionada anteriormente, otros dos medios permiten a los oncólogos lograr estos tres objetivos. Estos son la terapia con corticosteroides (dexametasona) y la radioterapia. La terapia con corticosteroides participa en la reducción del edema, la inhibición de la respuesta inflamatoria, la estabilización de las membranas vasculares y el alivio del dolor.

Pronóstico

Tras la cirugía seguida de tratamiento farmacológico o radioterapia es posible la recuperación total, pero pueden producirse secuelas. Pueden ser un tipo de disminución de la fuerza muscular, pérdida de sensibilidad, incontinencia urinaria, etc. La fisioterapia será entonces un medio para mitigar las consecuencias a largo plazo a través de ejercicios de fortalecimiento y equilibrio. Se propondrá una rehabilitación perineal en caso de incontinencia.

Es necesario el apoyo social y psicológico de familiares o profesionales (psicólogo, sexólogo, trabajador social) para el acompañamiento de pacientes operados de compresión medular no traumática.

Conclusión

Lo que debe recordarse sobre la compresión medular no traumática es que constituye una emergencia diagnóstica y terapéutica. Por tanto, no es necesario esperar a la aparición de la tríada característica de compresión medular establecida (síndrome lesional, síndrome sublesional, síndrome de dolor espinal) antes de realizar una resonancia magnética.  

Las causas más frecuentes son las metástasis tumorales y los tumores benignos (meningioma, neuroma). La cirugía de descompresión espinal es el tratamiento de elección, seguida de la corticoterapia y la radioterapia.

La convocatoria de profesionales como el fisioterapeuta, el sexólogo y el trabajador social podrían ser necesarios para mejorar la calidad de vida del paciente después de la cirugía.

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